Las perdices son habituales en la campiña y onas de matorral pero donde haya espacio abierto que permita desplazarse adecuadamente y algo de matorral para ocultarse ya que este ave aunque puede volar lo evita mientras sea posible. Primero emprende la carrera y luego se mete en un matorral o emprende un costoso y pesado vuelo. Pero siempre hay otra opción que es mimetizarse con el suelo, algo que con el colorido que presentan ahora, sin cultivar, es fácil para ellas. Solo tienen que quedarse quietas y la mayor parte de "bichos" serán incapaces de verlas, pero si se mueven la cosa cambia y así es como pude darme cuenta de la cantidad de perdices que había apostadas en estos terrenos de cultivos completamente secos junto a otros terrenos encharcados donde campaban a sus anchas las garcillas bueyeras.
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