Mucha gente la relaciona con la peste, aunque en los muchos encuentros que he tenido con este ave nunca he percibido el olor, sino que lo que más recuerdo siempre, especialmente en primavera es su peculiar reclamo pu-pu-pu pu-pu-pu, que repite continuamente y llena las zonas forestales. En los parques de Madrid estas aves son residentes y pueden verse durante todo el año, aunque en número inferior al de otras aves más generalistas como palomas o urracas. Y a diferencia de éstas no son tan confiadas y de no ser por el árbol que tenía delante no me podría haber acercado lo suficiente para tirar la foto mientras seguía martilleando el suelo buscando algo de comer.
Ecologistas en Acción ante la filtración a ‘elDiario.es’ del informe
preliminar de su Comisión contra el Acoso
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La organización ecologista considera que esta filtración perjudica
especialmente a las víctimas, a los esfuerzos y al compromiso de la
organización para ...
Hace 6 horas