Lo bueno de los días húmedos, o las noches en el campo donde siempre encontramos humedad, es encontrarnos con estos extraños seres, los caracoles. No se pinchan con los cardos, son capaces de subir y bajar a alturas insospechadas a pesar de llevar la casa a cuestas. Este caracol fue capaz de bajarse del cardo estirando el cuello y dejándose caer hasta el suelo. Un espectáculo a cámara lenta para observar con paciencia.
Autillo cariblanco norteño (Ptilopsis leucotis).
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En el entorno del *bosque de Farasuto* los guías gambianos nos mostraron
los dormideros de tres rapaces nocturnas; el *búho lechoso*, el *búho
ceniciento...
Hace 4 horas