Hay que aprovechar los escasos charcos que se han formado con las pocas lluvias y las pocetas de los arroyos para desarrollarse y las salamandras ya se han encargado de ello dejando a su prole en estas charquitas que tiene corriente al estar sobre un arroyo, pero lo bastante lenta como para que estas salamandritas vivan tranquilamente. Las larvas nacen con sus cuatro patitas, a diferencia de ranas y sapos que nacen sin ellas y desarrollan primaro las posteriores y finalmente las anteriores. La transformación es muy poco notable, crecen, pierden las branquias, desarrollan pulmones y salen del agua, a la que volverán para continuar el ciclo.
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