Durante un rato estuvieron volando, persiguiéndose y de árbol en árbol mostrándose como dos estelas azules que volaban muy rápido y emitiendo fuertes sonidos, parece ser que estos dos herrerillos conforman una pareja en época de celo, el de la izquierda no paraba ni en el banco, sonidos, ahora vuelo, ahora aterrizo, ante la atenta mirada del otro. Los herrerillos en primavera muestran sus mejores colores entre los que destaca una corbata, aunque mucho menos marcada que en el carbonero común.
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