Estos pajaritos que posan tan simpáticos en el hierro de la ventana son aviones roqueros, al igual que las golondrinas hacen nidos de barros en las casas. En la casa de Gargantillas había muchos de estos, algunos con los nidos llenos de crias. Son del tamaño de una golondrina pero tienen un color marrón, la cola sin horquilla y terminada en unos puntos blancos. Dependiendo de la zona del país son estivales, residentes e invernantes, en Cabañeros son estivales.
Son menos parlanchines que las golondrinas y sus sonidos se limitan a a reclamos débiles del tipo chet, chip, además son capaces de quedarse parados en el aire. Al igual que el avión común o las mismas golondrinas tiene un vuelo tan ágil y preciso que les ha valido el nombre que tienen.
Entregan unha carta aberta aos concellos afectados por proxectos de plantas
de biogás
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Ecoloxistas en Acción, xunto coa Coordinadora Stop Gandería Industrial,
envía ás decenas de concellos galegos afectados por proxectos de plantas de
biogá...
Hace 4 horas
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