No suele faltar en prado ancho y desde la torre podemos ver sin problemas, sin tener casi que buscarlos a los aguiluchos laguneros. Sobrevuelan continuamente la zona inundada y aterrizan entre la vegetación, en sus vueles suelen espantar a patos o limícolas que se encuentran en la zona. No solo están pendientes de las tablas sino también de nosotros, y sabiendo que estamos en la torre no se acercan más de lo necesario. Observando un buen rato se ve de todo, se la ve volando, se la ve posada e incluso sacando un pez del agua. Es cuestión de sentarse y observar.
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