En algunas fincas o cortijos tienen pavos reales que al final se acaban moviendo libremente por todo el campo y dándote la sorpresa como en esta ocasión. Las hembras de pavo real son mucho menos vistosas que los machos y camuflan más o menos bien, además como no son muy altas se entremete en la hierba desapareciendo rápidamente a pesar de su gran tamaño. Con ese tamaño, esas patas adaptadas para correr a gran velocidad lo ultimo que se piensa es que vaya a salir volando, pues si, a pesar de su aspecto de gallina o pavo gigante son capaces de volar, pero volar en condiciones, nada de un saltito para elevarse a un árbol. En este mismo lugar, cerca del Castillo de Doña Blanca también pueden verse las Gallinas de Guinea.
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