Al igual que el año pasado me he vuelto a encontrar a esta peculiar especie de tijereta en una zona nevada, con la diferencia de que este año había mucha más nieve y ha resultado ser el único invertebrado activo del día en la nieve. Se encontraba en un hoyo en la nieve, aparentemente muerto, sin embargo al tocarlo y ganar algo de calor se activó rápidamente comenzando a moverse y dándose la vuelta haciéndose el muerto. Es curioso ver como en un lugar tan inhóspito como es el Peñalara, con temperaturas extremas en otoño-invierno y gran insolación, existen organismos que permanecen activos todo el año sin ser grandes animales ni contar con excelentes refugios más que las piedras.
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