A veces levantando piedras nos podemos encontrar con esta especie, una araña, de patas muy largas y rojizas que normalmente, aunque puede hacer telas prefiere saltar sobre sus presas para cazarlas. Es una de las pocas especies de la península ibérica con un veneno que puede hacernos algo de daño, pero solo algo, normalmente la picadura se reduce a un momento doloroso y en pocos casos a algo más. No suele pasar lo mismo con sus parientes sudamericanos con veneno más potente pero sobre todo capaces de llenarnos de bacterias que hacen más daño que el propio veneno causando entre otros necrosis y similares. Loxosceles rufescens vive en zonas cálidas en el mediterráneo precisando una temperatura superior a 15º, por lo que en la Bahía de Cádiz con esconderse bajo piedras tiene de sobra para mantenerse activa durante el otoño-invierno aunque en zonas más frías puede buscar refugio en las casas.
Carta a las máximas autoridades del Gobierno de España y de la gestión del
río Guadalquivir
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Hace 2 días
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