Cada uno de nosotros iba acompañado de un guarda del parque en diferentes zonas para avistar a estos animales y contarlos, un trabajo duro que requiere caminar y sobre todo madrugar pues más madrugan ellos y luego ya no se los vuelve a ver. Una de las salidas fue en Sestrales y otra en el Valle de Pineta, en el primer punto se vieron muchos más tanto a la ida como a la vuelta mientras que en el otro punto fue solo al llegar pues desaparecieron rápido. Aunque estuvieron a punto de desaparecer los rebecos (o sarrios) aun corren por el pirineo aragonés.
Penas leves para los que montaron una trampa con drogas a Juan Clavero
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Lamentablemente, no se ha tenido en cuenta las peticiones de la acusación
particular ejercida por Juan Clavero y la popular ejercida por Ecologistas
en A...
Hace 17 horas
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