Aunque parecen frutos en realidad se trata de agallas, una reacción de la planta al ataque de determinados insectos en la que una hoja de la planta se transforma en esa estructura donde se aloja la puesta del insecto alimentándose en su interior y no perjudicar al resto de la planta. Cada insecto, que suelen ser avispas diminutas para nuestra vista, provoca una agalla característica que permite identificarlo.Estas agallas son habituales en plantas del género Quercus como quejigos, robles o coscojas. También se dan en otras plantas como el lentisco.
Entregan unha carta aberta aos concellos afectados por proxectos de plantas
de biogás
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Ecoloxistas en Acción, xunto coa Coordinadora Stop Gandería Industrial,
envía ás decenas de concellos galegos afectados por proxectos de plantas de
biogá...
Hace 2 horas
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