Tras rebuscar en más de 20 ejemplares de Gomphocarpus fruticosum al fin pude encontrar una oruga de mariposa monarca, una oruga que a pesar de su gran tamaño se camufla de forma eficaz en la planta e incluso se consigue esconder entre las hojas para no ser vista. Destacan sus grandes antenas y el cuernecillo en la cola, que como en otras tantas orugas la cola se convierte en una pseudocabeza para despistar a posibles depredadores.
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