Hay cosas que ocurren todos los días, y no por ello dejan de ser maravillosas. Una de ellas son las puestas de sol, un sol que se pone por el oeste, y por tanto, desde las costas gaditanas lo vemos sumergirse en el agua por las tardes y ver la transición de colores, del amarillo al naranja y del naranja al rojizo. Aunque ocurre todos los días cada vez es diferente, a veces se esconde entre nubes, a veces baja más rojizo pero siempre lo hace rapidísimo, un momento tan efímero como impresionante, tan valioso que no tiene precio.
Carta a las máximas autoridades del Gobierno de España y de la gestión del
río Guadalquivir
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comisión de expertos/as independientes que analice en detalle las posibles
consecue...
Hace 2 días

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