Así es, aunque sea una oruga peluda no tiene porque ser una procesionaria, de hecho no lo es y si sientes picores en su presencia es puramente psicológico. Esta oruga llega a ser muy grande, dicen que como morcillas (exagerando, claro está) y a diferencia de la procesionaria puede alimentarse de una gran variedad de plantas herbáceas, de hecho lo más normal es que no la veamos en un pino pues no es su lugar. En la imagen vemos perfectamente los tres pares de patas que conservará una vez que cumpla la consabida metamorfosis y se convierta en una gran polilla de esas que acuden a las luces nocturnas.
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