Quien no haya conocido el drago del tinte no verá nada de particular en este olivo plantado en el patio de la escuela de arte en el callejón del tinte. El olivo, centenario, fue transplantado a este lugar para sustituir al drago más viejo de Cádiz, que tenía 260 años y cayó tras el descuido e inoperancia de la propiedad (Junta de Andalucia) y Ayuntamiento de Cádiz. El olivo, si se le cuida y resiste la sombra, podrá llegar a lo que el drago nunca fue y nunca hubiera llegado, que es ser un árbol milenario. Así pues los que estemos dentro de 900 años podremos ver como prospera y se convierte en un monumento vivo, tal como era el drago y las autoridades nos supieron (o no quisieron) ver.
Entregan unha carta aberta aos concellos afectados por proxectos de plantas
de biogás
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Ecoloxistas en Acción, xunto coa Coordinadora Stop Gandería Industrial,
envía ás decenas de concellos galegos afectados por proxectos de plantas de
biogá...
Hace 3 horas
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