Aunque iba buscándolos por las playas esta vez me los encontré descansando sobre una gran roca en el agua, pero aunque había muchísimos, apretados los unos contra los otros para no perder calor, también había otras especies con ellos, como los blancos correlimos tridáctilos que siempre los acompañan por las orillas de las playas y el zarapito trinador, mucho mayor y que fue el que marcó la presencia de este numeroso grupo. Los vuelvepiedras aunque pequeños son incansables viajeras que recorren miles y miles de kilómetros todos los años en bandos que necesitan descansar en ciertos puntos antes de continuar el largo viaje.
Ecologistas en Acción ante la filtración a ‘elDiario.es’ del informe
preliminar de su Comisión contra el Acoso
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La organización ecologista considera que esta filtración perjudica
especialmente a las víctimas, a los esfuerzos y al compromiso de la
organización para ...
Hace 6 horas
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