En los ríos con aguas limpias no suele ser difícil encontrar juveniles de salamandra, los adultos abandonan el agua y son otra historia. Este ejemplar aun tiene las branquias para respirar en el agua pero ya va tomando color y se va notando los tonos amarillos. Suelen estar parados en aguas tranquilas o refugiados bajo piedras o troncos que hay en el agua. Siempre es un placer encontrarse con estos anfibios que lamentablemente cada vez son más escasos dada la mala calidad de muchas aguas corrientes.
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