De día cuesta fotografiarlas pero de noche es otra cosa y así se puede pillar a esta hembra de libélula emperador (Anax imperator), una de las más grandes que tenemos y más o menos abundante a finales de verano y principio de otoño. Su vuelo es tan potente que de día pueden observarse, se quedan paradas en el aire, capturan insectos y generalmente es casi imposible fotografiarlas. Se encuentra en un retamar, un espacio sin gota de agua dulce y es que si bien sus larvas son acuáticas, el adulto no tiene más vinculación con el agua que la puesta de huevos o la captura de los numerosos insectos que pululan por los humedales. Una vez alcanzada la madurez pueden ser vistas en los lugares más secos.
Entregan unha carta aberta aos concellos afectados por proxectos de plantas
de biogás
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Ecoloxistas en Acción, xunto coa Coordinadora Stop Gandería Industrial,
envía ás decenas de concellos galegos afectados por proxectos de plantas de
biogá...
Hace 2 horas
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