Suele ser un pequeño arbusto o un arbolillo que a lo más alcanza los 7 metros de altura. Se caracteriza por sus hojas tipo laurel, su tronco rojizo que se desprende a tiras y sus peculiares frutos de color rojizo anaranjado. Pero sin duda sus flores son más desconocidas, flores blanca-amarillentas con forma de jarrón de invertido que pueden encontrarse a la vez que los frutos ya que éstos tardan un año en formarse coincidiendo ambos en otoño. Suele crecer en suelos ácidos y en laderas umbrías o bien en bosques maduros pues en terrenos secos y soleados los nuevos madroños no pueden prosperar. Sus frutos contienen una pequeña cantidad de alcohol por lo que no deben comerse en exceso a riesgo de sufrir dolor de cabeza y vómitos.
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