A finales de agosto, principios de septiembre no es raro encontrarse esta araña en la cornisa norte. Destaca por su gran tamaño y la peculiar firma que caracteriza este género de arañas. Lo que vemos en la foto es una hembra, los machos son mucho más pequeño y su aspecto nada tienen que ver con las hembras siendo radicalmente diferentes. Aunque se parece a la especie trifasciata, su abdomen es lo suficientemente diferente para distinaguir ambas especies. Una constante en los dos encuentros que he tenido con esta especie es la cercanía con corrientes o láminas de agua, algo que puede indicarnos una alimentación con un porcentaje significativo de insectos acuáticos. Fotografiada junto al Lago de Sanabria sobre Lysimanchia vulgaris.
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