Resulta bastante curioso caminar por el monte y encontrarse estas fresas silvestres, sin invernaderos y sin ningún cuidado humano. Esto ocurre en las zonas naturales del norte, como es el caso de Ordesa y Monte Perdido donde las condiciones de humedad y de cobertura del bosque permiten susbsistir a estas especies cuyo cultivo se fuerza en el sur peninsular mediante técnicas de cultivo. Naturalmente no son tan grandes como las cultivadas pero si que tienen la misma forma y color. Las fresas son el fruto de una pequeña planta herbácea de la familia de las rosáceas.
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