Aunque es un ave de lo más habitual siempre es una gozada ver al cernícalo cerniéndose y quedarse completamente parado en el aire en cualquier lugar de la península ibérica, en ese momento abre la cola, agita las alas y a otear en busca de presas, que seguramente sean mas que abundantes en esta zona, la del valle de otal. No solo encontramos esta rapaz sino que en esta misma zona también pudimos contemplar un milano real junto con una pareja de águilas reales a la vez que ecuchábamos el gritillo de las marmotas, que seguramente alguna caería en las garras de estas.
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