En agosto del año pasado paseando por el parque del oeste me encontré que todas las urracas, todas tenían este extraño y mal aspecto, como si estuvieran quedándose calvas, deben de tener mucha pluma en la cabeza pues cuando las pierden la cabeza queda reducida a casi nada, el resto del cuerpo también parecía igual, sin embargo estas urracas se comportaban como siempre, sin aparentemente tener ningún problema. La época de la muda termina en septiembre por lo que debían estar todas en pleno proceso de muda renovando sus plumas completamente. Habrá que estar pendiente nuevamente en agosto de este año para comprobar que efectivamente estaban mudando y no se trataba de una epidemia.
Carta a las máximas autoridades del Gobierno de España y de la gestión del
río Guadalquivir
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Pedimos una moratoria de los nuevos vertidos y el nombramiento de una
comisión de expertos/as independientes que analice en detalle las posibles
consecue...
Hace 2 días
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