El antipapa Benedicto XIII, también conocido como el Papa Luna destinó una estancia para sí en la torre del Castillo de Peñíscola donde albergó una importante biblioteca que dado el escaso tamaño de esta sala tuvo que repartir por diferentes estancias. La ventana que vamos en la imagen por la que se perfectamente el mar está orientada, según cuentan, a Roma, el lugar que era su objetivo. Según cuenta la leyenda, Pedro de Luna se asomaba continuamente a las ventanas de la Castillo para gritar "El verdadero Papa soy yo", hay que recordar que en aquella época se produjo un cisma y el papado se trasladó desde Roma a Aviñón antes que a Peñíscola y llegaron a coexistir tres papas a la vez.
Penas leves para los que montaron una trampa con drogas a Juan Clavero
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Lamentablemente, no se ha tenido en cuenta las peticiones de la acusación
particular ejercida por Juan Clavero y la popular ejercida por Ecologistas
en A...
Hace 17 horas
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