El sábado estuve guiando una ruta en El Gastor, el día empezó bien (climaticamente hablando) pero a media mañana cambió de repente, empezaron a entrar nubes cargadas de humedad y se nubló. No solo aparecieron nubes sino también niebla por lo que el horizonte desapareció y no había nada más allá de unos pocos metros. Si bien a muchos esta situación le puede parecer agobiante a mi encantó pues es en estos días cuando puedes ver el bosque de otra manera, más especial, más mágica y sentir que estás en otro lugar diferente del que estás, del mismo lugar en el que estuviste hace un mes y brillaba el sol y ahora es un bosque de niebla con maravillosos contraluces y sombras. Llovió un poco también, pero ya daba igual, la humedad nos había dejado mojados y el paisaje era tan increíble como efímero, pues en cuanto se vaya la niebla volverá a ser lo que era, un paisaje de ensueño, pero no de sueño como lo pudimos ver.
COP29: La solidaridad del Norte global arde hasta los cimientos
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insuficiente que destruye la solidaridad pactada en el Acuerdo de París.
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Hace 1 hora
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