Llegó a ser el más grande de todos, pero se cae a pedazos. Las estructuras metálicas apenas impiden que se siga cayendo esta mole de roca que se desintegra junto a la casa salinera que se encuentra en la misma triste decadencia. En febrero salió en la prensa la intención de la administración de restaurar este molino una vez que se había resuelto la cuestión de la propiedad. Eso si, a diferencia de las últimas restauraciones en las que se hablaba de que serían centros de uso público en plan museo o centro de interpretación, en este caso en un arranque de sinceridad el delegado provincial de Medio Ambiente afirmó que una vez restaurado lo pondrían en manos de la iniciativa privada. Y digo yo, estos señores y señoras que gestionan (y cobran) de lo público ¿no tienen otra idea de gestión que privatizar las cosas?, y más si hablamos de un señor que representa a un partido de izquierdas como es el PSOE. Si desde lo público no se defiende lo público, ¿quien lo hará?.
Al final como digo siempre; MOLINO RESTAURADO, MOLINO PRIVATIZADO.
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