Pese a la aversión inexplicable que el párroco de la iglesia profesa hacia estos seres de la creación que el defiende siguen viniendo cada año a montar sus nidos y criar en la casa del señor. No importa si les quitan los nidos pues volverán a construirlos y a seguir con su ciclo. Ya están aquí, un año más.
COP29: La solidaridad del Norte global arde hasta los cimientos
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La nueva meta global de financiación termina con una cuantía y calidad
insuficiente que destruye la solidaridad pactada en el Acuerdo de París.
Para la s...
Hace 1 hora
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