El otoño es una época de flores blancas, muchas de ellas bulbosas. Por lo general son muy pequeñitas como los es el Leucojum autumnale que apenas levanta unos palmos del suelo y con sus flores invertidas recuerda a una farola. Los tonos violetas del tallo que persisten hasta la base de la flor le dan un punto de color que realza su presencia dentro de unos prados que hasta hace un par de semanas aun permanecían agostados. Como todo lo bonito, natural y silvestre es efímero y en poco tiempo fructificará y desaparecerá hasta el próximo otoño.
Abandonamos el pleno del Observatorio del Agua de Emasesa ante la falta de
participación real y de respuesta a la ciudadanía ante los riesgos de
inundaciones
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Hace 2 horas

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