Es uno de los habituales en toda salida ornitológica, aquí y donde sea, la cigüeñuela. A pesar de la de años que llevo viéndolas y lo abundantes que son, no puedo evitar cada vez que veo una o un grupo de ellas de detenerne, observarlas, escucharlas y volver a fotografiarlas una y otra vez. Cuando llevo algún grupo de visita es uno de las aves que más rápido aprender a identificar por lo característica que resulta y la atención que suscitan. Llama la atención sus finas patas de intenso color rosado que no parecen capaces de sostener al ave y esas falsas rodillas de orientación inversa que en realidad son el inicio del pie.
COP29: La solidaridad del Norte global arde hasta los cimientos
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La nueva meta global de financiación termina con una cuantía y calidad
insuficiente que destruye la solidaridad pactada en el Acuerdo de París.
Para la s...
Hace 1 hora
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