lunes, abril 22, 2013

Primillas, primillares y El Primillar


Hace unos días me encontré con este viejo caserío enmedio del campo y entonces...recordé cuando había había estado haciendo el voluntariado de Ruidera, en 2007, que nos llevaron a hacer censo de cernícalo primilla precisamente buscando casas viejas en los campos. Allí fue donde conocí a José Manuel, un apasionado de la ornitología y especialmente de esta especie. Nos tumbamos en el suelo y empezamos a ver como salían de la casa, como se quedaban parados en el aire, etc... El caso es que por aquel entonces no tenía cámara reflex con teleobjetivo y me quedé con las ganas de sacar unas buenas fotos de estos bichillos.


 Al año siguiente, 2008, me apunté a otro voluntariado de José Manuel, esta vez en Daimiel y ahí fue cuando nos enteramos todos del proyecto que se traía entre manos en su pueblo, Cañada de Calatrava que no era otro que la construcción de un primillar en su casa para volver a traer a los primillas a este pueblo tras la pérdida de las colonias, una por derrumbe de una casa y otra por obras de restauración de la iglesia del pueblo, pues taparon todos los agujeros. Se instalaron en los tejados unos 100 nidos y la casa empezó a funcionar como alojamiento rural. Volví en 2009 y de momento solo anidaban estorninos. No es hasta 2011 (en la página web www.elprimillar.es no aclara el año) cuando llegan los primeros primillas, ponen sus huevos y sacan sus primeros pollos. Esperemos que todo el esfuerzo económico y personal de José Manuel no se quede en esta pareja de cernícalos y este año y los que vienen el número vaya aumentando formándose una gran colonia de estas pequeñas aves que en una buena parte de la Península Ibérica llegan en verano y que por lo general habitan en construcciones rurales.


 Aunque no es la primera vez que los veía en mi ciudad, lo cierto es que nunca me había encontrado un primillar como este donde pude contar al menos 8 animales e incluso llegué a ver uno dentro muy de cerca entre las palomas que también habitaban la casa. La competencia debe de ser tremenda pues sorprendentemente no había ningún nido de golondrina en su interior. Disfruté mucho ese día y recordé algunas cosas que me habían enseñado hace 6 años en un lugar de la Mancha.

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