Si bien su nombre anteriormente era el de Fuenterrabía, como en Guipúzcoa, no deja de ser irónico como esta playa se ha convertido en un paseo marítimo del cantábrico, donde las olas golpean el paseo o los edificios. Cada año se repite la pérdida de arena y cada año se dilapidan ingentes fondos públicos en una pseudoregeneración que nada arregla. La última solución se ha encargado a la Universidad de Cantabria (debe de ser porque es una playa del norte) y no a la Universidad de Cádiz, a pesar del prestigio que atesora la "Gestión Integrada de Áreas Litorales" que cuenta ya incluso con Máster propio.
Esta solución consiste en construir un espigón para evitar la pérdida de arena, algo que seguramente acabe con la vecina playa de las redes y no solucione el problema. La broma nos costará otra "regeneración" de playas y un milloncillo de euros de nada, que como nos sobra el dinero pues nos lo gastamos en proyectos inútiles.
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