Procedente del edificio de Ciencias Marinas del CSIC, el gramón ha hecho su entrada en el Pinar de la Algaida y aunque se encuentra muy localizado en las inmediaciones de dicho edificio la invasión es total y absoluta allí donde está. Por una parte es una planta tapizante, que cubre el suelo y por otra parte como muchas gramíneas lo hace suyo con su enraizado impidiendo que crezca nada más. Seguro que al andar por el césped habeis notado como si no hubiera tierra, solo césped, pues eso ocurre, que no queda tierra disponible donde crecer impidiendo a otras plantas colonizar el terreno. Es difícil de arrancar, aunque tiende a crecer en lugar húmedos y/o sombríos, lo que hace que en la práctica no puede salir más allá del tarajal en que se encuentra ni mucho más allá de los aspersores que lo riegan. En los suelos arenosos a pleno sol, poco futuro tendría esta planta.
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