Las colecciones científicas son consideradas como un tesoro a guardar y como objeto de estudio de especies actuales y algunas ya extintas. El Museo Nacional de Ciencias Naturales tiene una gran colección de especímenes tanto de invertebrados como de vertebrados, algo que podemos ver como un tesoro o como un circo de los horrores. Afortunadamente la taxidermia y el coleccionismo hoy en día está muy lejos de ser lo que fue y muchos grandes animales se disecan cuando mueren en los zoos a diferencia de lo que ocurría en el pasado donde se traían gran cantidad de muestras de todo tipo de animales de otros países en lo que hoy sin dudar llamaríamos expolio.
Las colecciones de mariposas pueden tener su sentido en los museos de ciencias y en estudios muy especializados, pero si vamos a referirnos a las mariposas diurnas cuesta mucho hoy en día justificar la creación de colecciones pues contamos con una herramienta que nos permitirá identificar los ejemplares además de no perder colores y evitar problemas de conservación o depredación; la fotografía digital, una técnica que nos permite tener las imágenes en tiempo real, sin dañar ni afectar a las especies y reduciendo notablemente el tema del espacio. Quien hubiera imaginado hace algunas décadas guardar una colección de mariposas en algo tan reducido como una memoria USB.
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