El camino que se construyó desde la Casa de los Toruños a la Playa de Levante conllevó desde el principio problemas para el ecosistema por el movimiento de tierras, la tala de árboles (algo que ocurre cada vez que se hace algo en este parque) y ahora ha ocurrido lo que era más que evidente que iba a ocurrir pero que nadie supo o quiso ver en su momento. La construcción de este tipo de caminos implica dos cosas, movimiento de tierras, lo que deja vía libre a las especies invasoras y las semillas que brotarán del material con el que se hace el camino. En esta ocasión, como en muchas otras, la especie afortunada ha sido la Nicotiana glauca que poco a poco se va haciendo con el camino y sus bordes, como vemos en la imagen las plantas superan tranquilamente los dos metros de altura, están en flor y seguirán echando semillas al suelo e invadiendo. Otra especie agraciada ha sido la Acacia saligna que ya estaba en la zona y gracias a esta actuación va invadiendo el otro lado del camino. Lo cierto es que en este parque, en lugar de tomar las medidas para erradicar estas especies ocurre lo contrario, que cada vez hay más cantidad y variedad de especies invasoras. Aunque visto el desastre de la erradicación de Carpobrotus edulis en la pinaleta de Los Toruños que conllevó una drástica reducción de una especie endémica (Verbascum masguindalii), casi mejor que no metan mano...
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