jueves, julio 04, 2013

Navegando por el Guadiana en Ciudad Real



Durante la visita a Prado Ancho, conocimos a un personaje muy especial que se nos presentó como Yogui, igual que el oso que nos hizo una oferta de esas que no puedes rechazar, dar un paseo en piragua a bajo precio en las aguas del Río Guadiana. Si bien hay muchos sitios donde te puedes montar en una piragua hacerlo aquí tenía un significado especial pues su cauce, desde su nacimiento estuvo seco hasta hace pocos años donde gracias a las abundantes lluvias su cauce volvió a llenarse de agua aunque aun el río no tiene movimiento, es una bañera.


 El Río Guadiana (Guadi anas) o río de los patos en su tiempo debió ser un río muy rápido pues desde donde salimos, Molino de Griñón hasta donde vamos a terminar, Molino Nuevo apenas hay distancia, si volvemos sobre nuestros pasos llegamos a Molemocho y saliendo de las Tablas en el extremo oeste el Molino Puente Navarro. No podía haber tantos molinos sin haber una fortísima corriente que permitiera moverse a todos. Ver el Guadiana con agua y poder navegar por el es algo que no podía hacerse en esta zona desde hacía muchos años y puede que en breve no puede hacerse porque vuelva a secarse o bien se recupere totalmente y aumente la velocidad del agua.

Los años sequía y la obras de canalización realizadas para ganar terreno para ganar terreno agrícola ha hecho que la vegatación se haya desarrollado mucho y nos encontramos navegando entre carrizos y tarajes donde nos adentramos a la vez que saltaban numerosas aves a nuestro paso.
El somormujo lavanco, al igual que en otros muchos lugares, se encuentra buceando una y otra vez para alimentar a sus pollos. La alta densidad de peces y cangrejos permite que muchas aves puedan alimentarse en este entorno. Así nos encontramos Garzas reales, Tarroblanco, Porrón europeo, Ánade azulón, Cormorán grande, Morito común, Pagaza piconegra, Fumarel cariblanco, Martinete, Gaviota reidora, Cigüeñuelas y avocetas con sus nidos enmedio del río, etc...
 Y es que habiendo tarajes y agua dulce hay martinetes, algo que este año he podido comprobar este año en lugares varios donde no ha faltado la familia de martinetes que sale al paso. Finalmente llegamos al Molino nuevo, también en ruinas como el de Griñón donde nos damos la vuelta y volvemos sobre nuestros pasos observando las aves que hay por el camino entre unas nubes más que sospechosas que finalmente nos respetaron y no dejaron caer ni gota.


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