Como si alguien se hubiera dedicado a pintar los árboles de blanco es la sensación que transmite encontrarse este líquen crustáceo en los bosques. De color blanco intenso cubre y tapiza totalmente la parte del tronco que coupa sin dejar ni un solo resquicio sobre estas encinas. En la Sierra de grazalema habita sobre bosques de encinas y quejigos donde comparte los troncos con una buena comunidad de líquenes en bosques que si bien no presentan una gran espesura tampoco se puede decir que sean bosques abiertos y mantienen un cierto nivel de umbría y humedad.
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