Venía ya de vuelta de fotografiar bichos en las salinas cuando me encontré con este grupito de gaviotas que no eran tan grandes como las omnipresentes patiamarillas ni tan pequeñas como las reidoras, también muy abundantes. Un rápido examen de teleobjetivo me mostró la presencia de individuos con picos negros o rojo muy oscuro junto con otros de pico amarillo. En ambos casos el color de las patas coincide con el del pico, lo que junto con la morfología del pico nos lleva a saber que son lo que parecían en un principio, gaviotas picofinas.
Ademas de las gaviotas el lugar estaba repleto de correlimos entre los que destacaban el zarapitín y el menudo mientras que en el estero de al lado estaba llenito de agujas colinegras. Las gaviotas picofinas, aunque no son raras de ver por esta zona son muchísimo menos abundantes que otras especies como patiamarillas, reidoras y sombrías en invierno. A diferencia de las patiamarillas huyen a nuestro paso y no nos persiguen emitiendo fuertes sonidos.
Venía ya de vuelta de fotografiar bichos en las salinas cuando me encontré con este grupito de gaviotas que no eran tan grandes como las omnipresentes patiamarillas ni tan pequeñas como las reidoras, también muy abundantes. Un rápido examen de teleobjetivo me mostró la presencia de individuos con picos negros o rojo muy oscuro junto con otros de pico amarillo. En ambos casos el color de las patas coincide con el del pico, lo que junto con la morfología del pico nos lleva a saber que son lo que parecían en un principio, gaviotas picofinas.
Ademas de las gaviotas el lugar estaba repleto de correlimos entre los que destacaban el zarapitín y el menudo mientras que en el estero de al lado estaba llenito de agujas colinegras. Las gaviotas picofinas, aunque no son raras de ver por esta zona son muchísimo menos abundantes que otras especies como patiamarillas, reidoras y sombrías en invierno. A diferencia de las patiamarillas huyen a nuestro paso y no nos persiguen emitiendo fuertes sonidos.
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