Se me ocurrió ir a ver el pleno de investidura del Ayuntamiento de El Puerto pues al hacerse en el teatro no habría problema de espacio para poder ver la sesión ya que cuenta con 600 butacas y normalmente estas cosas no suelen despertar mucha expectación más allá de la propia gente que conforma los partidos políticos. Sin embargo en este 2015 la política se está convirtiendo en un fenómeno social y la cosa no era para menos. Antes de entrar se desplegó en la entrada la pancarta de la plataforma "Apemsa no se vende" cuyo lema a partir de ahora será "Apemsa 100% pública" mientras se repartían pegatinas a los asistentes con el mismo lema. Este tema seguirá en marcha durante la legislatura ya que los partidos que están dentro de la plataforma conforman el equipo de gobierno además de los dos concejales de C´s que fueron los únicos de los afines que no lucieron la pegatina,
Al entrar los concejales se empezaron a escuchar tanto abucheos como aplausos además de los lemas habituales en estos nuevos tiempos; "Apemsa no se vende", "Si se puede", etc... El pleno comienza con la formación de la mesa de edad conformada por el edil de más edad, el de menos y el secretario municipal. Al leerse los resultados electorales me sorprendió muchísimo como fue aclamado con más fuerza UPyD, el menos votado, que la antigua coalición PP y PA cuya aclamación fue insignificante. La derrota es así de ingrata y no parecía haber demasiados afines a estas formaciones entre los asistentes. Tras la votación y tal como se esperaba salió elegido como alcalde David de la Encina (PSOE) con el apoyo de Levantemos y de IU y a partir de ahí comenzaron los discursos de cada grupo municipal desde el más votado hasta el menos.
El primero de ellos fue Alfonso Candón (PP), el alcalde actual que lejos de hacer autocrítica realizó un provocador discurso que provocó numerosas interrupciones y abucheos por parte del público, algo poco deseable en estas ocasiones pero su mensaje no ayudaba a lo contrario. Si bien no participé en los abucheos reconozco que era difícil aguantarse mientras realizaba un autohomenaje a la vez que ofrecía el diálogo que no había permitido durante la legislatura además de perlas como esta; "espero que esta ciudad no camine ahora sin rumbo, descabezada y sin proyecto". Debe de ser que no es consciente que la formación de un tripartito implica unas negociaciones y un esfuerzo colectivo para presentar un programa conjunto de gobierno que es el compromiso del tripartito. Aunque al haber formado parte de un bipartito se presuponen estas cosas.. De hecho si hubiera hecho aunque fuera una mínima autocrítica yo le habría aplaudido.
El segundo fue el de Angel M.González (PSOE) que presentó un discurso muy diferente más centrado en propuestas y compromisos que remató muy acertadamente con una frase del recientemente fallecido Pedro Zerolo; “En su modelo de sociedad no quepo yo, en el mío si cabe usted” mostrando una actidud claramente conciliadora.
El tercero fue el de José Antonio Oliva (Levantemos) que visiblemente nervioso expresó su determinación de que su grupo no venía a hacer carrera política y que estarían vigilantes y exigentes en el cumplimiento del pacto firmado con IU y PSOE. Reivindicó la necesidad de cubrir las necesidades básicas y transformar El Puerto para el bien de todos.
El cuarto fue Antonio Fernández (IU) que mandó el mensaje más conciliador de todos los presentes e incluso empatizó con los que no van a gobernar; “El cambio no implica destruir ni arrasar, implica construir. Entiendo la frustración de la derrota, todos la hemos vivido, pero déjenos trabajar y súmense”
Una vez más tendió la mano a todos a pesar de que en la anterior legislatura el diálogo y la voluntad de establecer puentes con la oposición fueron prácticamente inexistentes. La generosidad del discurso, que finalizó con un poema inédito de Rafael Alberti arrancó los mayores aplausos de los asistentes.
La quinta fue Silvia Gómez (C`s) que se presentaba por quinta vez a las elecciones además de afirmar que serían las últimas. Esta frase que fue lo más coherente que dijo en su prolongada y desafortunada intervención fue lo único que consiguió arrancar aplausos de los asistentes. El resto no puede calificarse más que como un auténtico despropósito que arrancó numerosos abucheos y varias llamadas al orden para que pudiera continuar su intervención. Personalmente sentí vergüenza ajena de la cantidad de sinsentidos que dijo en un tono de revancha y de envidia al tripartito pues una vez más se quedaba fuera del gobierno municipal. Se pudo escuchar al público cantar "Esto si que es una chirigota" y es que al parecer al hablar en un teatro igual pensó que podía hacer un monólogo. No sólo los portuenses hemos de respetar a nuestros representantes sino que ellos también deberían respetarnos a nosotros.
El sexto y último fue Carlos Coronado (PA) que en vista de lo ocurrido con su compañera de pleno decidió templar los ánimos pidiendo respeto por todos, un respeto que bien podría haber tenido también con todos aquellos ciudadanos que se opusieron a la venta de Apemsa y cuyas firmas sumaban más que sus votos. No obstante el tono fue bastante más conciliador llamando a la unidad y ofreciéndose a fiscalizar el cumplimiento de las promesas, entre las cuáles se encuentra remunicipalizar una Apemsa que nunca se hubiera privatizado sin los votos de su partido. (¿Exigirá Coronado al tripartito que remunicipalice lo que el privatizó?).
Calmados los ánimos se produjo la entrega del bastón de mando a David de la Encina y en ese momento escucho una voz desde el público gritando "¡Levántate Millán (PP), un respeto!" Y efectivamente, mientras todos los concejales permanecían de pie el estaba sentado y a lo cuál se le unieron Marta Rodríguez (PP) y Damián Bornes (PP). Sinceramente me lo hubiera esperado de otros, pero no de Millán Alegre.
Para terminar David de la Encina (PSOE) realizó un discurso cuyas primeras palabras fueron para los más de 12000 parados, una oposición digna (algo muy pertinente vistos y oídos algunos discursos) y expresó su confianza en los miembros del tripartito. Y con un objetivo que es enamorar a los portuenses y recuperar la ciudad.
Y con los himnos andaluz y español (sin pitos ni flautas) terminó el acto. Puede que para quien lo haya visto desde fuera haya parecido un chou con un público maleducado, pero lo cierto es que la gente no iba con actitud de echar nada en cara a los que ya no van a gobernar, pero el respeto ha de ser mútuo e ir sin ánimo de provocar que quien siembra vientos recoge tempestades. Hubo abucheos y si bien puedo haber algún insulto (a veces no se entendía bien lo que decía la gente) fue absolutamente minoritario. Estoy convencido de que si algunos hubieran practicado autocrítica y expresado un mínimo de humildad la gente en lugar de abuchear les habría aplaudido y no precisamente el rostro. Las sillas son los portuenses y siempre se ceden en préstamo durante cuatro años.
Tengo además que añadir que disfruté mucho del "chou" pues por primera vez en mucho tiempo he podido ver ilusión en la gente por la política y tal interés que si esto se hubiera hecho en la plaza de toros se habría llenado al igual que se llenó el teatro.
Continuará...
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