Desde diciembre de 2010 puede verse este esqueleto en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, el segundo animal viviente más grande del planeta tras la ballena azul, el rorcual común. Ocupa gran parte de la sala en la que está colgado del techo y su tamaño es tal que no cabe en la foto (hubo que hacer una panorámica). Llegó aquí procedente de Marbella donde había encallado en la playa presentando numerosos daños que hicieron imposible su recuperación. Se vació de grasa y tejidos y se recuperó su esqueleto para su exhibición en un museo. Puede verse como la aleta muestra dedos, esto se debe, a que como las teorías evolutivas plantean, a su origen como animales terrestres que se introdujeron en el mar, una especie de "lobo" que dio lugar a los cetáceos. Si el esqueleto impresiona, más debe hacerlo verlo saltar en el mar.
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Hace 6 horas
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