Aunque es uno de los símbolos de Madrid lo cierto es que eso de encontrar madroños enmedio del monte no es tarea fácil y menos del tamaño de éste. Entre que son arbolillos (arbutus significa árbol pequeño) y hay pocos, que lleguen a este tamaño tiene mérito. Como el madroño es de esos pocos que florecen en otoño, resulta todo un espectáculo ver cada de sus flores ocupada por un abejorro o por moscas cernidoras que encuentran aquí una de las escasas fuentes de néctar del otoño. En noviembre sus frutos están más que maduros y listos para consumir, pero solo uno...
COP29: La solidaridad del Norte global arde hasta los cimientos
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La nueva meta global de financiación termina con una cuantía y calidad
insuficiente que destruye la solidaridad pactada en el Acuerdo de París.
Para la s...
Hace 6 horas
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