Hace unos días tuve la ocasión de leer este artículo; "Los negocios sucios de la Fundación Migres", escrito por Ricardo Gamaza dentro de una serie de artículos sobre dicha fundación entre los cuáles destacaba uno en el que intentaba taparsele la boca tras denunciar irregularidades en la contratación de su presidente por parte de la autoridad portuaria de Sevilla. Leyendo este artículo me acordé de un informe firmado por este mismo señor en el que daba su peculiar, y por supuesto más que prescindible, visto bueno al tiroteo de cormoranes en explotaciones acuícolas.
Según dicho informe, encargado (y pagado) por la patronal de la acuicultura, la única medida efectiva para evitar los daños era pegarles tiros, el resto no eran útiles ni aplicables. El caso es que la conclusión que sacaba el informe no era otra que lo que las empresas del sector acuícola (ASEMA) venían pidiendo a gritos desde hace años. Resulta lamentable que una entidad creada para el estudio de las migraciones en el estrecho (tanto de aves como de cetáceos y peces) se financie de esta manera y proponga soluciones tan drásticas como inútiles.
Y digo inútiles porque el cormorán no se reproduce en esta zona, por lo que el efecto en las poblaciones globales es nulo no resolviendo el "problema", inútiles porque solo están una parte del año que no llega quizás a la mitad del año ¿Quien se come los peces en verano?. Y digo inútiles porque no son las únicas aves que comen peces pues en otoño se juntan miles de aves de aves entre espátulas, garzas, cigüeñas blancas y negras, además de las gaviotas que le dan a todo. Es evidente que no se va a plantear disparar a otras aves de mucha mejor fama como garzas, cigüeñas o espátulas. De esta manera se hace como que se resuelve un problema y todos contentos aunque en realidad el problema sigue ahí y posiblemente la falta de peces en los esteros tenga más que ver con episodios de contaminación y robo de peces por parte de seres humanos.
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