jueves, octubre 10, 2013

Molino de Molemocho y los oficios tradicionales



El molino de Molemocho es uno de los dos molinos que se encuentran en los extremos del Parque Nacional Tablas de Daimiel, es el que se encuentra en mejor estado y puede visitarse. Actualmente contiene una exposición sobre los diferentes oficios tradicionales que se realizaban en el Parque Nacional y su entorno.


El primero de ellos es el de molinero, aqui podemos encontrar toda la estructura del molino y la explicación de como funcionaban, una de las mas importantes son las ruedas de molino, las cuáles además de ser muy pesadas debían colocarse de la manera adecuada para obtener el molido óptimo sin desgastar demasiado las piedras, las cuales debían tallarse adecuadamente para que molieran de forma óptima. Una vez molido el grano la harina se depositaba en los sacos. Había varios sistemas de pago siendo el más popular el conocido como maquila, donde el molinera se quedaba con parte de lo molido como pago sin mediar dinero. 
Era la forma habitual entre la gente no pudiente que apenas disponía de dinero y su riqueza era la producción del grano. En el molino no solo se realizaban estos trabajos sino que era también la vivienda donde el molinero vivía con toda la familia todo el año. Una zona como esta, llena de agua también tenía una importante ocupación que era la pesca y el marisqueo. Mientras que la pesca era principalmente de subsistencia o auotoconsumo, la captura del cangrejo si que constituía un importante negocio siendo uno de los oficios mejor pagados, aun mas que los peones que realizaban agujeros en el campo.
Mientras que estos peones ganaban 50 pts/día en los años 60, los cangrejeros ganaban la friolera cantidad de 500 pts/día y solo trabajaban por temporadas pudiendo vivir el resto del año de las rentas. El cangrejo blanco autóctono, al cuál nos referimos y hoy extinto en las Tablas fue introducido para iniciar su explotación, hoy solo se captura el rojo americano que ha desplazado totalmente al anterior.


Tanta era la demanda de arroz por parte de Valencia que durante un tiempo en las Tablas se cultivó arroz, no era mal sitio pues el agua abundante por aquella época lo permitió. La marca era "La Castalla" y aunque sorprenda este cultivo aquí las ruedas para trabajar el arroz presentes en el museo nos recuerdan que aquí hubo arroz mientras hubo agua.



Y aun nos queda un oficio tradicional, la caza, hoy prohibido fue el gancho para atraer a esta zona a diversos monarcas cazadores que encontraban miles de patos en estas aguas. Muy usados eran los cimbeles, unas reproducciones en madera muy conseguidas con la forma de los patos para atraer a estos y darles el tiro mortal. Además de los cazadores como tales era habitual por parte de los pescadores ir con la escopeta cargada por si aparecía alguno y así poder comer algo diferente a las abundantes y espinosas carpas que pescaban habitualmente.

2 comentarios:

Sergio de Carabias dijo...

Qué tiempos... como siempre ¡muy interesante, Juanjo!

Juanjo dijo...

Gracias Sergio!!!

Salu2