Aunque este año han florecido más tarde, las cañaejas o Thapsia villosa ya se van mostrando en flor poco a poco, en Madrid aun se resisten pero alguna ha levantado la varita "magica" y ha hecho comenzar una tardía primavera. Para los que nos gusta observar insectos en cantidad esta es una de las mejores plantas junto con la Ferula communis pues la gran inflorescencia es capaz de albergar a numerosos insectos de muy diferente clase, y no solo polinizadores, que son la mayoría, sino también sus depredadores que encuentran en estas flores un lugar privilegiado para sorprender a sus vícitimas, cosa que hacen varias especies de arañas.
Aunque la mayoría de lo que podremos observar serán abejas, abejorros o avispas también pueden aparecer algunas moscas, escarabajos y alguna que otra mariposa.
Incluso dentro de los propios himenópteros (abejas, avispas y similares) la variedad es notable, desde la típica abeja de toda la vida (Apis mellifera) hasta abejorros de varios colores o bien avispas como la que vemos en la imagen de la izquierda, de la familia de los icneumónidos, una familia de avispas, caracterizadas por el aguijón alargado que le sobresale del abdomen que es a la vez aguijón y ovopositor aunque no lo usan para picar y que llevan un modo de vida parásito en su etapa larvaria.
El aguijón sirve para poner los huevos, pero dentro un huésped, que al estar escondido por lo general en los troncos, viene bien tener un ovopositor largo para hacerlo a una cierta distancia. Algunos de los posibles huéspedes son también otras especies de avispas.
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