En las aguas de pradoancho entre otras muchas aves apareció un limícola de tamaño medio de un marcado color rubio (y aumentado por la luz del momento) casi dorado que nos llamó mucho la atención pero que no teníamos ni idea de lo que era si bien su aspecto recordaba mucho a algún archibebe o andarríos. En los días siguientes pudimos ver más ejemplares del mismo acompañados de otros más blanquecinos que tenían aspecto de combatientes. La duda quedó definitivamente despejada con el testimonio de observadores locales y la guía Svensson donde el juvenil del comabatiente se identificaba perfectamente con el rubio. Costó un poco ya que no es un ave que los que estábamos allí estemos acostumbrados a ver, de hecho la primera vez que había visto un combatiente fue hacía un mes o cosa así por las salinas gaditanas, y al igual que allí en Las Tablas estaban en bandos mixtos con archibebes. En la Península Ibérica es invernante y con el plumaje de invierno es una limícola tan corriente que apenas llama la atención, nada que ver con el plumaje nupcial con el que su identificación no genera ninguna duda, aunque para verlo así tendríamos que ir a zonas preárticas del viejo mundo que es donde cría.
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