En la última zona encharcable de la laguna de la vega había una fila de tunas entre las que estaban entremezcladas especies autóctonas formando una barrera imposible de atravesar para nosotros pero si por conejos o perdices. A alguien se le ocurrió que había que eliminar esas chumberas y que había que hacerlo con maquinaria. Se hizo, con la actuación no solo cayeron las tunas sino algunos pies de especies nativas como palmitos o lentiscos y ahora vemos las consecuencias de la actuación, al no haberse actuado de forma manual, las chumberas están rebrotando gracias a esos trozos no retirados.
Y es que las erradicaciones de especies invasoras hay que hacerlas de forma manual, aunque se pueda requerir apoyo de maquinaria para grandes ejemplares o ejemplares de difícil manejo, pues si no, estos pequeños trozos se quedan, rebrotan y hacen que el trabajo haya sido inútil pues en menos tiempo del que pensamos se habrá vuelto a formar la pared infranqueable de chumberas. Algunos aun no lo quieren entender, pero muchos problemas de conservación requieren la contratación de personal para ser totalmente efectivos.
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