Última visita pública realizada al molino a petición de Ecologistas en Acción |
Me gustaría que al referirme a la palabra restauración fuera a la regeneración del medio natural, pero no, me refiero a restaurantes, a esos restaurantes que parece ser que hacen alta cocina (aunque por lo general cocinan en plantas bajas) que en unos aires de psuedointelectualidad mal entendida vinculada a la cocina están entrando donde antes no se podía entrar y de hecho sigue sin poderse aun habiéndose reformado la ley de costas.
Si recordamos aquellos tiempos en los que El Bulli era calificado como el mejor restaurante del mundo y gozaba de gran prestigio y lista de espera también recordaremos que su propietario lo cierra al no considerarlo rentable y se plantea una reapertura en plan fundación pero en un escenario muy diferente, Cap de Creus y ahí es donde empieza el fin de este ambicioso proyecto, al querer instalarse en un Parque Natural. La oposición es brutal y se recogen miles de firmas, esto supone para Ferrán Adriá paralizar el proyecto a pesar de que la Generalitat estaba incluso cambiando la ley para permitir su ubicación en este lugar. No obstante de momento se dedica a estudiar las alegaciones ecologistas para mejorar el proyecto, es evidente que la opinión de colectivo ecologistas es de las más fundadas autorizadas y poca gente no la tiene en cuenta.
Algo similar ocurre en El Puerto de Santa María, donde Ángel León pretende ubicar su restaurante en un molino de mareas restaurado con el dinero de todos los españoles y que al igual que su colega encuentra la oposición del movimiento ecologista, en este caso de Ecologistas en Acción que alega en contra de darle en concesión el molino. Esta situación que llega a la prensa nacional seguramente haya causado gran preocupación en el chef que podría ver peligrar la viabilidad del negocio o alguna de las dos estrellas Michelín que posee (y digo yo que que sabrá una marca de neumáticos sobre cocina...).
Para justificar la viabilidad de ubicar un restaurante en este edificio la dirección del parque natural afirma que en esa zona se permiten los usos recreativos y que un restaurante lo es, por tanto el uso es compatible. Y digo yo, ¿y si alguien quisiera ubicar un salón de recreativos le diría el parque que es incompatible?.
Lamentablemente en Cádiz el proyecto no se ha parado como en Cap de Creus y sigue adelante, a diferencia del caso de Ferrán Adriá, se ha ignorado al colectivo ecologista durante la tramitación rechazando de pleno todas las alegaciones sin interés alguno por parte de la administración ni de la empresa adjudicataria. Entrará en funcionamiento tras el verano y como dato curioso y es algo que debe de saber todo aquel que vaya pensando que va a comer en un restaurante de alto nivel que la licencia con la que cuenta no es de restaurante como tal, es de local expendedor de comidas y bebidas de playa (y el caso es que como cantaban los refrescos, "Aqui no hay playa", tan solo el Guadalete al lado) que no es ni más ni menos que una licencia de CHIRINGUITO. Bienvenidos al Chiringuito de Ángel (el segundo de España con estrella Michelín tras el Chiringuito de Pepe).
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