Que bonitas las dunas de la playa de levante ¿verdad?. Pero como se nota el efecto de estar al lado de una zona urbanizada (lo que lo convierte en un potencial vertedero), cerca del acceso de la gente y sobre todo, de los cerdos, esos porcinos de dos patas a los que ninguna ordenanza prohíbe acceder a las playas. Hay varias tipologías de estos cerdos, con perdón a los cerdos de las dehesas que son muchísimo más limpios y caminan a cuatro patas, unos simplemente tiran los restos de poda en la duna y alrededores lo que provoca que entren especiies invasoras exóticas que no tendrían porque estar en la duna y van desplazando a las especies autóctonas. Están los cerdos que tiran la basura en la orilla y con la inestimable e inconsciente colaboración del viento la basura acaba llegando a la duna, otros directamente la tiran en la duna (las botellas de cerveza no llegan por el viento y aquí no llegan las mareas), pero es que hay otros cerdos que van de limpios y es que se van a la duna, sacan sus partes nobles al aire y descargan residuos líquidos y sólidos, algo que todos hacemos pero son tan higiénicos estos cerdos que dejan tirada en la arena el papel higiénico o toallita húmeda para disfrute del visitante. Y no son pocos los restos que podemos encontrar...
El Parque Metropolitano suele presumir de la limpieza del parque, pero para ser honestos debería hacerlo solo de los caminos, porque lo que es el resto una tropa de usuarios cerdos se encarga de dejarlo lleno de basura, algo que seguro, seguro que en su casa ni lo hacen ni se atreven. Cerdos!
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