Aunque intenten llamarlo Punta de los Saboneses, todo el mundo lo llama el final de los toruños, y es un final porque el camino termina aunque quede Puerto Real a dos pasos separado tan solo por el Río San Pedro. En este lugar, separado a su vez de la playa por otro caño, que queda totalmente aislado se juntan grupos numerosos de aves ya que el acceso a pie está bastante limitado. Soportando el frío y la humedad las aves esconden la cabeza bajo el plumaje quedando algunas irreconocibles al no poder vérsele el pico. Charranes de distintas especies, agujas y ostreros descansan tranquilamente en este lugar mientras algunos típicos charranes patinegros salen a pescar en el mar que ahora se encuentra tranquilo y con poco oleaje.
Comunicado de la sociedad civil española en las últimas horas de la COP29
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El borrador actual pone en riesgo el Acuerdo de París. La Unión Europea
debe actuar de forma inmediata y efectiva si quiere salvarlo.
La entrada Comunic...
Hace 11 horas
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