Aunque ahora estos terrenos se encuentren enfangados es el mejor momento para ver el Río de la Miel a tope de agua y completamente bravo y salvaje. Las dificultades para transitar el terreno y cruzar el río son grandes pero esta dificultad se ve compensada por la espectacularidad del paisaje que nos desubica de donde estamos realmente, las sierras litorales de Algeciras. En algunos momentos el paisaje es tropical con plantas relictas de la laurisilva y en otros momentos la bravura de las aguas y el encajonamiento del río recuerda a paisajes pirenaicos. No es una única cascada la que encontramos sino diversos saltos a lo largo del río, algunos más espectaculares que otros pero cada uno diferente adaptado a la forma del río en ese punto. Paredes, rápidos y cascadas se entremezclan en un pequeño, pero no por ello menos espectacular, curso que viene a terminar en las aguas del mar mediterráneo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario